sabato 13 dicembre 2008

Llueve por hastío

Llueve por hastío.

Amargamente.

Como si otra cosa

no fuera posible.

Algún desencanto

en la altura.

Un aburrimiento

de los Dioses.



De Bagdad y otros poemas. Edit. El Taller del Poeta, Galicia, 2003.

Delle creature marine

Poesia dalla silloge: "Altre Spiegazioni" - 0111 Edizioni- Italia- 2008.


Delle creature marine
il rumore senza fine, bramito a volte, ondulazioni
che allungano la traccia perpendicolare della luna.

Com' è la via lattea attraverso la pelle oceanica?
Orione è una cinta di madreperla alla deriva?

Delle creatura marine
delle sue mani di segreta musica
viene alla riva il dolce artigianato.

Piccole sculture di venere abissali,
torsi di governanti degli scogli,
brocche di vino corale, prue rotte,
cappelli di coltivatori di plactom,
intagliate asticelle di favolose carrozze nuziali.

Dove il minuto museo del viavai delle onde?
Le cartografie del letto occulto?

Le onde giganti che abbattono le coste
sono marce ecologiste?

Delle creature marine il canto impregnato
nelle conche della pietra.

Le città del sale che s'estendono nella sabbia
gli echi delle fosforescenze
tessendo la loro rete di luce azzurra.

Dove si costruiscono le corazze dei pesci guerrieri?
Che ramo di coralli le fidanzate delle profondità?
Chi forgia il metallo del pesce spada?

Delle creature marine
la rosa del coro dei venti,
destini terrestri nati dal ventre delle maree.

Le stelle del mare brillano come costellazioni?
Il crepuscolo è la polvere di fuoco
che alzano i cavalli del mare nel loro galoppo?

Il pesce postino distribuisce bottiglie di isola in isola?
Chi fila argento e tesse reti
che palpitano nella superficie?

Seppi che dei cannoni vinti
fanno tunnel dell'orrore
e con tutti i naufragi hanno alzato
la grande città della malinconia.

Da loro il battito
che estrema il tempo in oltremare

In altoamore
dove i tuoi occhi, oro infinito,
baciano i confini del mio silenzio.

Las palabras

Las palabras
que ocuparon la tierra cuando nada había
vinieron por el silencio.
Los gestos se llenaron de campanas,
la foresta, la llanura, cada cima
multiplicó los ecos del nombre de las cosas.

La profundidad del pan y las mareas
fue revelada
y entonces el canto distribuyó horizontes,
nuevas explicaciones
para fundar el mundo.

Y cuando...

Y cuando la lluvia sea un tejido espeso de carbón ácido
polvo que venga a morder la vida hasta quemarla,
vendaval de larvas de seis bocas
que violen el humus hasta ahuecar la tierra...

Qué honorable explicador de azares
qué majestad todopoderosa vendrá a decirnos:
tenemos un plan!

Se escuchará desde los altavoces globales
“...por el futuro de la humanidad nuestra democracia...”
en tanto largas filas de sobrevivientes
se morderán entre sí por el último carnet
para el refugio.

Quien pague tendrá un sorbo de agua,
quien pague: su retazo de aire diario.

Y mientras todo gira como si nada,
inexorable ruta de los tiempos,
aquí nosotros
imbéciles rumiantes de lo vano,
atornillados a las pantallas consumiendo
enormes cantidades de rayos catódicos.
Mientras nos roban la casa, el aire,
el fuego,
el agua.

mercoledì 22 ottobre 2008

Y le canto a la gesta de la mujer y el hombre

“Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
Y para que cantes conmigo.”
Pablo Neruda
(Que despierte el leñador- VI, Canto general- Pablo Neruda)



Y le canto a la gesta de la mujer y el hombre
en el mínimo universo de los besos,
génesis del oro en cuyo oleaje
los barcos del almuerzo multiplican los puertos.

Canto al ritual del brote,
a los oficios del viento y del agua,
a la profunda noche del vino,
a las altas montañas donde reposan los astros,
al camino de luz que entra en la espesura.

Canta conmigo el grito de un Solo
que se abrazó a otro y otro
y otro más
hasta despertar la aurora.

La historia del hombre llega a la guitarra
a veces como un niño,
como una columna que regresa del frente, a veces.

Tal vez rumor de alas que deshojará la tarde
hasta desnudar la nave que viene por los sueños.

Cuando de casa en casa
a una hora precisa el pan crepite
las fieras del hambre se hundirán en su rascacielos.

Habremos cantado a coro hermanos mios
a la semilla urgente, al leño y a la llama,
al horno y al oficio,
a la risa enarbolada,
al profundo destino de la casa.


De: Otras explicaciones. 0111 Edizioni, Italia – 2008- / Edit. Ala de avispa, Mèxico, 2008

Explicación del imperialismo

Con todos los panes que no parten
ni comparten
los niños de la tierra
hacen un misil los asesinos.

Lo estallan luego contra cualquier pobre
país lleno de hambre.
Después lo ocupan
tiran de los hilos del surco
destejiéndole el futuro
y le sorben la tierra hasta lo más hondo.

Con las ganancias botan un nuevo acorazado
para llevar en sus cañones
más libertad a los hambrientos

En el laberinto de las yemas

En el laberinto de las yemas
vive un hombre que atesora
revelaciones de tí.

Corre a la orilla
tras cada marea de la caricia
a recoger objetos y sustancias
la conchilla de luz
cada artesanía que el oleaje desembarca
la espuma lunar
que crece en el viento de las profundidades.

Su casa respira en el centro del tacto,
y en medio de ti
su país que despierta con tu boca.

El espejo negro se desgrana

El espejo negro se desgrana
sobre un gallo de hoguera
que crepita en sus filos.

Vencedor de cronómetros,
guardián de la torre del día.

Erguido en su gobierno
de mínimas campanas
merodea el humus
abierto por la azada.

Desde su ojo de planeta riguroso
el alba gotea maíz encendido.

Despuès del despuès

Lapidario Guzmán ni abrió la boca. La noche se hizo un muro sin límites alrededor del grupo y si algo hubiera sucedido luego, no sé, una gota del vaso de Sisemio deslizando su azafrán hasta golpear la tierra, el aliento haciéndose una espada en el aire, el tiempo, ese frágil silbido a veces, se habría partido en tantos infinitos el paisaje, que hoy la historia sería diferente.
Los jueves a la tarde vestía su guardapolvo azul y entraba al galpón de las estrufallas. Encendía la luz negra y se dejaba llevar por el largo corredor mirando una a una las celdas pequeñas y malolientes.
En el final del húmedo pasillo una enorme biblioteca desierta custodiaba el escritorio de metal sobre el que se apilaban carpetas, cartuchos del 14 y la tímida constelación de botones rojos del tablero de seguridad de las jaulas.
Sentado, reposaba las piernas en una pequeña banqueta azul mientras afuera la noche comenzaba lentamente su gobierno implacable. Así las cuatro noches mensuales, percibiendo el seseo de los machos dormidos, el áspero roce de las patas escamosas en los acorazados cuerpos.
Cada tanto una luméndrola trazaba un hilo de baba fosforecente en la sombra y al segundo, inexorablemente, el chasquido, un gemido después casi imperceptible, y más tarde el sordo estertor del final. Y las endiabladas mandíbulas de alguna estrufalla rechinando en el saboreo agridulce, bañadas de cierta baba fosforecente que se evaporaba de a poco hasta no ser sino una sombra más en el sopor de la oscuridad.
La rutina de los jueves por la noche. Gino intentó cierta vez combatir la elástica constitución de las horas instalando un pequeño televisor en el escritorio. A la mañana siguiente lo encontraron paralizado, casi verde, con los ojos desorbitados y extrañas palabras inconclusas prendidas de la boca.
Se lo anticiparon, pero él no entendía mucho de estas cosas. Pensó que sólo justificaban sus exigencias obligándolo a estar atento en un filo de tensión casi insoportable. No fue capaz, en su ceguera, de entender porqué las guardias se cumplían con turnos de un día a la semana, y que cada noche otro como él se hiciera cargo de la tediosa rutina de esperar el amanecer detrás del escritorio, en la oscuridad, en completo silencio, con una escopeta de dos caños siempre a mano y el inyectable de efecto súbito para estirar por unas horas sus posibilidades de supervivencia.
Cuando aquella vez le preguntaron por su experiencia, la rica historia de Gino en los suburbios abandonados, sus andanzas por los graves galpones del ferrocarril y la derruida zona industrial bastaron para ganarse el puesto.
Otros tiempos. Las estrufallas no habían evolucionado todavía, se arrastraban como babosas gigantes por los ángulos sombríos cazando luméndrolas y pequeños escorpiones de aceite, y nada hacía prever que la nueva especie alcanzara semejante desarrollo. La mutación, repetía kafkianamente un viejo profesor universitario de Biología.
Gino no entendía de mutaciones, nuevas especies, apocalipsis y largas caravanas de sobrevivientes hundiéndose en el sur ignoto, y ya de tan depredado casi inhabitable.
Él se había negado a abandonar su territorio, su vastedad de rincones, su intrincada red de pasadizos y refugios. Después de aquella luz enceguecedora y el viento de piedra que arrasó los primeros barrios, luego de la nieve roja cuando ya todos los rumores habían sucumbido, la piel de corteza centenaria era suficiente protección ante mordeduras de frío y alimañas.
Con las semanas adquirió un sentido auditivo envidiable para captar el mínimo roce de un cuerpo sobre cualquier superficie. Luego le llegó como don maravilloso el olfato más agudo, bestial, exacto que pueda imaginarse.
Mientras todo parecía suspendido en el tiempo, e iban y venían hombres embutidos en trajes especiales, Gino perseguía su almuerzo, pequeñas especies escurridizas, mirando a la distancia la reconstrucción de lo posible.
Fue acercándose de a poco, hasta que alguien ganó su confianza, y luego otro, y terminó colaborando en un escuadrón de hombres como él, hechos a las nuevas circunstancias.
La primera estrufalla evolucionada lo acorraló una mañana en un corredor de la Superintendencia del Ambiente, donde desmontaban artefactos eléctricos. Alcanzó a hundirle un destornillador en el pecho antes que la bestia le llegara al cuello. Supo que la historia no sería la misma.
Entonces, durante las guardias, la escopeta de dos caños estaba siempre a mano.Pero no entendía demasiado. No alcanzaba a comprender el porqué de las celdas, la razón imbécil de mantener vivos los últimos ejemplares de la especie.
En lo que fue el centro de la ciudad el vértigo de los andamios aceleraba día y noche la nueva geografía. Dentro del perímetro enrejado crecían jaulas gigantescas y laberínticas galerías cerradas. En uno de los pabellones se expondrían las bestias, detrás de triples cristales de máxima seguridad.
Él no entendía ciertas cosas. Fue un jueves, tal vez entre sueños avanzada la noche, de una fosforecencia a otra en el galpón a oscuras. Comenzó a verse estrufalla, último eslabón de la evolución mutante, fiera descompuesta en tantas otras versiones cada vez más monstruosas.
Y un relámpago de idea que lo fulminó detrás del escritorio, con las piernas abatidas en la banqueta azul y todos esos cartuchos del 14 frente a las narices.
Rascó la piel casi fósil de su mano izquierda y encendió todas las lámparas.
Un gemido, primero, después el creciente bramido de las criaturas que lo empujó a la escopeta.Pulsó la cerradura electrónica de cada una de las celdas desde el tablero del escritorio y esperó, con la vista en ningún lugar, el rumor compacto de las pisadas sobre el pasillo.
Fue la lucha por una luméndrola, el forcejeo silencioso, un estampido luego. Y la boca chorreándole una baba fosforecente.Más tarde otro silencio, diverso, espeso, maloliente, como una niebla en el galpón vacío, alrededor de las huellas compactas perdiéndose en la noche.
Tal vez como lenta caravana de sombras inexplicables siguiendo a respetuosa distancia al macho alfa de brazo armado.
Y muy después los gritos, el pánico alrededor de quejidos y plegarias, lejos, entre los andamios.
Lapidario, Sisemio y los otros dos operarios de la grúa casi ni respiraron, vieron la carnicería desde la altura. Esperaron tres días entre una nube de carroñeros y todos los inexplicables porqué a mansalva.
La patrulla allá abajo les dio coraje para descender a lo que quedaba del infierno.

Nos preocupa Lucio

Despertaba con un largo ronquido, ciertamente feroz, que se extendía lentamente hasta ocupar la casa. Luego, como si se tratara de un cachorro de lobopial, con todo lo que se sabe de su infinita ternura cuando amanecen al amparo de la madriguera sobre la mullida alfombra de vellones, abría los ojos de repente y se rascaba la cabeza.
Nunca se quejó del riguroso horario que imponía el cuidado de la especie y las tantas responsabilidades de la hacienda.
Ese lunes, luego del desayuno, no se calzó las botas de andar por el monte ni el cuchillo en el cinto. Salió descalzo a mirar el jardín y calcular el tiempo.
En días de lluvia los lobopiales no se aventuran al exterior. Y aunque todavía a la distancia no se advierta la llegada del aguacero, los bichos ya duermen cubriéndose con sus colas de zorro y resoplando silbidos casi imperceptibles.
Tardaría Cristina en traer los bidones de leche tratada. Ella sabe que cuando hay agua en ciernes no comen nada. Yo, en cambio, siempre creí que esas pobres criaturas no hacían más que rebelarse al tratamiento carcelario que soportaban. Lo habíamos hablado con Lucio tantas veces.
Desde el último ataque dormía vestido, sólo me quitaba los zapatos, y a media mañana, terminada la faena gruesa, volvía a la casa a ducharme y cambiar la ropa. Lucio siempre fue un excelente contador de cuentos, y su especialidad, los chistes relacionados con la naturaleza, era parte de nuestra tradición recreativa sobre todo bajo los aguaceros que solían extenderse varias semanas sobre el caserío.
No había más de doce viviendas, pequeñas, blancas, de suaves ventanas bajo los alerces. La gente vivía de su trabajo en la ciudad, salvo un matrimonio de ingenieros agrónomos que instaló un criadero de sarquídeas moras en su terreno y, no sin esfuerzo, logró colocar toda la producción para una fábrica de candados de Eslovaquia.
Lucio aceitaba un engranaje de la desobstructora general cuando las primeras gotas se hicieron oir con vehemencia sobre el techo de zinc de la casa. Yo lavaba los bebederos frente a la ventana de la cocina, aprovechando para echar el agua del enjuague, rica en nutrientes, sobre la doble hilera de mursalas que eran la verdadera pasión de Cristina.
Ella, todas las tardes al caer el sol, salía con un colador de té a recoger la mínima hojarasca de esos arbustos erguidos como niños flacos. Luego ponía en remojo las delicadas cintas grises que, cuando comenzaban a soltar breves burbujas aceitosas, batía en la procesadora con un puñadito de azúcar, una manzana cortada en dados pequeños y a veces hielo picado. Con qué placer rugía sonriendo cuando su bebida era pronta.
Pero ahora que la lluvia arreciaba, Cristina no hacía más que lamentarse por no haber juntado la hojarasca antes. Nos reímos tanto con Lucio. Ella en tales circunstancias no tenía otra salida que aceptar los mates de él y mis buñuelos de banana.
Lucio a veces dejaba escapar del viejo tocadiscos melodías que, lo supimos luego, sedaban a los lobopiales de manera increíble.
Nos dimos cuenta tarde, después del ataque. Cristina lagrimeando cambiaba la venda a Lucio, que mejoraba lentamente. Esa vez fui yo quien para cumplir el rito de Lucio puso un disco.
Entonces la música. Una balada de Miles Davis... y colándose entre las notas melancólicas de la trompeta, uno a uno los agudos alaridos de las bestias que fueron transformándose en lánguidas sombras de un rumor que acabó diluído en nuestra sorpresa. Todos nos miramos, incluso Teresa que estaba a punto de partir y no se movía entonces de la casa, tal vez por el pánico, o la herida que aún le daba impresión cuando caminaba; contuvimos la respiración, mirándonos casi de reojo, sin movernos.
Cristina, que tenía cierta ansiedad o angustia que la movilizaba a extremos insospechables, destrabó el seguro de su Colt y salió rumbo a la zona de madrigueras. Sentimos un silbido como rayo y antes que se perdiera su pincelada de plata estábamos junto a ella. Inmóvil señalaba las madrigueras, mientras contenía sus reflejos en la culata brillante.
Las bestias dormían estiradas, una junto a otra, abrazándose con las enormes colas de zorro, emitiendo un rumor filoso casi imperceptible que lo hallé parecido a cierto viento del sur que se cuela entre las cañas del secadero de tupardas que Lucio construyó en el fondo.
Teresa, antes de irse, nos dejó diagramado el plano para la red de parlantes. Reía. Bueno, todos reímos, en realidad. Fue la primera y única vez en todos esos años que Teresa utilizó conocimientos de su especialidad como Técnico en Audio y Video, en lo que ella llamó el increíble fin de todos mis esfuerzos como estudiante para musicalizar las dormilonas de unas tristes bestias escamosas.
De haber tenido antes la información hubiéramos evitado tantos dolores de cabeza. Pero Lucio no se hacía demasiados problemas. Cristina tampoco.
Con el tiempo terminaron enamorándose. Yo lo veía venir... tanto tiempo juntos, preparando almácigos de sáricas verdes en el fondo, o la leche tratada para los lobopiales... ya lo sabía, aunque nadie dijera nada.
Cristina tenía además una especial curiosidad por las cosas. Siempre admiré esa virtud, sí, es un condición admirable animarse a tantas preguntas. Como si uno no tuviera ya demasiadas.
Teresa tomó largas vacaciones, sanó completamente de su pierna y pudo terminar el doctorado. Ahora está a cargo del Laboratorio de Especies Acuáticas de la Universidad de Belgrado, cada tanto me escribe, manda unas postales que al abrirse emiten sonidos que remiten, indudablemente, al ronco despertar de un lobopial cachorro. Siempre dijimos que era flor de cachada para Lucio, aunque Teresa jamás lo admitió y el mismo Lucio se divierte con la idea, claro.
He descubierto en los últimos meses, luego de repetidos análisis de cierta caspa que sueltan en épocas de celo, que los lobopiales, como sospechábamos con Cristina, son sensibles al polen de las mursalas.
Estamos preocupados. Tres muertes en dos meses es un promedio alto para el índice de mortalidad que naturalmente se registra en estas bestias.
Tratamos de mejorar la leche con algunos compuestos que creemos anularán la incidencia del polen en sus organismos.
Pero no encontramos solución para Lucio. Hace varios días que se siente desganado, y por toda palabra emite un silbido delgado, poroso, semejante al de los lobopiales machos que estan agonizando.

Otras explicaciones editado en Mèxico

Desde el 1 de octubre se encuentra a disposiciòn de los lectores de Mèxico el libro de Gabriel Impaglione "Otras explicaciones" editado por Ala de avispa.
Cuenta con pròlogo del poeta argentino Luis Benitez; la ilustraciòn de tapa es una obra perteneciente al destacado artista dominicano Alejandro Cabral.
Para los interesados:
Título: Otras explicaciones.
Autor: Gabriel Impaglione.
ISBN: 978-607-7570-00-4
$75
se puede adquirir a traves de la web de Ala de avispa:
http://www.aladeavispa.com/index.html
Y tambien solicitàndolo via correo electrònico:
Compra de libros: compras@aladeavispa.com

Comentarios:
El universo poètico de Impaglione es fascinante, El autor no es jamàs banal consigue aunque con pocos versos emocionar al lector. Una poètica madura y al mismo tiempo genuina. Notable sensibilidad artìstica la de Gabriel Impaglione”.
(Giusy La Piana, Italia).

Del Pròlogo de Luis Benitez:
La voz de las cosas, entre las palabras de Gabriel Impaglione “Otras explicaciones”, de Gabriel Impaglione, ofrece distintos registros y estratos de significado a sus lectores. No es que nos encontremos ante un abuso de la polisemia al abrir sus páginas, sino que las posibilidades de cada verso han sido medidas por su autor, de modo tal de poder actuar sobre la mente y la sensibilidad de sus lectores, orientándolas hacia diferentes caminos, según sea su intención. Podemos hablar de una intención predominante, la que regirá sobre el sentido general de cada poema, y de intenciones secundarias, que provienen de pasajes del poema, detalles de la construcción de los versos o, de un modo todavía más sutil, expresadas mediante claves de sentido que surgen en alguna línea y luego parecen desaparecer, para resurgir más tarde y completar el efecto de su primera aparición.Así, por ejemplo, sucede en uno de los poemas iniciales, titulado “ La Justicia ”, donde la corriente principal que parece animar a la composición en su conjunto es la intención social, por otra parte, uno de los pilares temáticos de la obra de Gabriel Impaglione, pero surgen y se imponen otras sugestiones que amplían los alcances del poema, inclusive empleando medidamente el difícil recurso del humor:
De la muerte se embanderan los verdugos.
Los fúnebres bronces que abundan, graves,
en plazas y museos y cuarteles.
(Allí hacen justicia las palomas)
……………………………………..
De la muerte se vanaglorian
los sicarios de la daga, del zigzag de acero.
Ellos se cuelgan medallas entre ellos
se palmean con reivindicaciones que dan asco.
(Allí hace justicia la memoria)
………………………………………


Sobre “Otras explicaciones”
“El camino poètico de Gabriel Impaglione, despuès de Explicaciones con mar y otros elementos, se enriquece con este nuevo libro que se entrelaza con el anterior.El autor argentino tiene una natural propensiòn a examinar los sufrimientos del mundo, (sobretodo aquellas desigualdades marcadas que oprimen aùn màs), en cierto campo con rasgos marxistas pero interpretadas con un humanismo màs personal. Existe un mensaje polìtico liberador, casi una suerte de poètica èpica- popular donde lo èpico encuentra una funciòn solemne del verbo para reforzar el concepto expuesto y el tono popular, en cambio, es la forma usada, la mas simple posible, para que pueda ser inmediata la compresiòn entre la mayor cantidad de destinatarios, esto es, a todos aquellos hombres menos iguales de los otros.Su poètica no es una forma estilìstica y expresiva que pueda eventualmente hacer entrar este libro entre las obras exclusivamente polìticas, pero trae la fuerza desde la base para expandirse en un in crescendo de preciosidad artistìca que la hace poesìa a todos los efectos. En esto encuentro cierto parecido con textos del Che Guevara, mas conocido como combatiente por la libertad, pero que ha conseguido a transferir sus ideales en poesìa, indudablemente de caràcter polìtico, pero de notable belleza.Gabriel Impaglione ha fundido admirablemente su natural empeño polìtico con su natural estilo poètico. Es una bella colecciòn de poesìas que aconsejo sin dudas de leer, independientemente del propio credo politico”
(Renzo Montagnoli, Italia, para la revista Arteinsieme- 2008)

Otros comentarios:

“Poesía necesaria, cotidiana, insurrecta pero tierna, vociferante pero callada, sutil pero combativa. Poesía para todos como el pan, el vino y la alegría.”
(Adriano Corrales, Costa Rica.)

“Otras explicaciones, canción hacia la vida y lo humano que me ha fascinado. Versos que brotan de la madurez y sensibilidad del creador como racimos de fuego que no queman y que calientan el alma y reducen el silencio a la acción cotidiana, poesía caminante en las horas y sus días con los hombres y mujeres cuya compañía las palabras encuentran en sus miradas horizontes de niño.” (Daniel Alarcòn Osorio, Guatemala)

el blog de isla negra

http://isla_negra.zoomblog.com/
autor.; Gabriel Impaglione
país: Argentina / Italia.

El blog de la revista isla Negra (que se envia por mail, gratuitamente) es tambien casa de poesia y literaturas, incluye agenda, noticias y comentarios, entrevistas, actualidad y Memorias. Textos en espanol, italiano y portugues. Una gran cantidad de links y actualizaciones de paginas literarias en su seccion Web.

mercoledì 10 settembre 2008

poètica

entonces la mano
despalabra el follaje de la hora
con la piedra en blanco

Madrid 2004

Dónde el hombre y
su bandera enarbolada,
el hijo de la mano
ala imbatible,
el tiempo que revela la luz
de las palabras
el tono fraternal del canto en el viento.

Había un andén para llegar
a la esperanza y otro andén
de regresoal cereal del día.

Dónde el hombre,
que su tren extraviado se hundió en la noche
de colmillos.

Dónde el hombre
que la sangre abre con su rayo negro el espanto.

Había una estación
para sentarse a distribuir la risa y el saludo.

Dónde el hombre que ordenó la alianza
con la muerte,
dónde el que acercó la llama a la pólvora,
donde el hombre de a pedazos
que dejó apenas
su pavoroso silencio en el estallido.

Había un manojo de vías
teñidas de fascismo,
aquel tren de la muerte de Miguel Hernández,
aquel tren que el franquismo moderno ha regresado
de la niebla funeral que no se ha ido.

Dónde el hombre,
con su parca a cuestas,
con su miedo de espaldas,
con sus plegarias.

Sabrán los dueños de la vida ajena
que el dolor no para,
que el llanto no acaba,
que un abismo de nadas e abre en cada casa
y que ya no tiene causa
la muerte en la tierra.

Dónde el hombre, mañana.

comentario de delfina acosta

La poesía de Gabriel Impaglione está marcada por un profundísimo respeto hacia los demás, o sea, hacia aquellas personas nombradas en los momentos de dolor y de desasosiego. Las vidas trazan una espiral de recorridos en su obra, que es –definitivamente– relevante, porque es humana.
La muerte es una presencia visible en sus versos. También las historias políticas, los sucesos mal nacidos que dejan desamparados a los hombres, las mujeres y los niños. Y además el amor, la claridad de los sentimientos.
El mundo se instala en su poemas que tienen, casi invariablemente, la calidad de una doctrina. Como los versos generosos de Pablo Neruda, sus poemas entran en la vida de todos los lectores.

Escrito por Delfina Acosta en el Suplemento Cultural del diario ABC (Paraguay)

venerdì 1 agosto 2008

A los pescadores de Reta

Fue tarde entonces cuando estrené los brazos.
Cuando recibí barba y bandera
las orillas estiraban
su soliloquio entre los pájaros
y no había sino huecos espumosos
en el lugar donde se multiplicaron las barcazas.
Quién sabe dónde las redes,
en qué graves mareas se hundieron los oficios.
Llegaban cegando la luz horizontal del crepúsculo
cargados de plata refulgente,
agotados y sonrientes bajo sus sombreros.
Victoriosos burladores de arcanos marinos
llegaban a la costa montando las rompientes,
blandiendo sus puños mordidos por las cuerdas.
Allí latían revelaciones de ultramar,
se narraba la gran ciudad del agua y el salitre,
comenzaba la contabilidad pieza por pieza
de mano en mano, centavo a centavo.
Se le cantaba al cardumen como al sol o al aire.
Llegué tarde al vértigo del oleaje,
al perfume exacto de la rosa de los vientos.
Allí, de pie, en otro siglo de huellas descalzas
tan sólo un roído barco hundido en la arena
y lejos la estela de los pesqueros invisibles
sobre cuya ruta aún trazan su círculo las gaviotas.
De vez en cuando un viejo pescador emerge
vestido de algas, de peces de relámpago,
y desata los nudos marineros de los vientos
mientras un niño, calladamente alegre
rompe el límite del agua con la risa.

De: Explicaciones con mar y otros elementos, Uniservice, Trento, 2007

Elogio del vino

El vino, compañeros, viene del amor
del trabajo y la tierra.

Es hijo del sumo torrente del planeta.
Ay viento mineral
luz victoriosa que sube desde el humus
hasta ensanchar el tiempo
en el racimo.

Es el mar florecido de auroras
en la copa brillante del encuentro.

El vino, mis amigos, viene del amor
del trabajo y la tierra.

Las gotas de la vida se reunieron
como madres acunando el canto
para que una ronda de muchachas
lo dé a luz en la vendimia.

Es zumo de la risa y la palabra.

Ay sangre de los surcos,
sudor de los sueños.
Las manos en el brote
el brote en el oficio
del corazón más puro de las generaciones.

Maravilla de la tarde en las hileras,
ternura recostada en cada cesto.
Ay retazo de luna,
canción distribuida.

Eco de los hombres en el rito
que llena de rubíes a los pueblos.
Piel de la montaña.

El vino compañeros, viene del amor
del trabajo y la tierra.

Certeza de la savia, es decir sabiduría
de la infinita corriente del alba,
esencia que libera los himnos y las llamas,
minuciosa marcha subterránea
que alza hacia las copas
espumosa bandera constelada.

Respuesta de los dioses
a las interrogaciones implacables.

Espíritu universal que late en la madera
y corre como un río por la historia,
de mano en mano y de mesa en mesa,
como una música.

Aire de las celebraciones.
Latido solar que nos hermana.
Lo llevo a mi boca como la mujer que amo.
Consagra la hora y la poesía.

El vino compañeros viene del amor
del trabajo y la tierra.

de: Explicaciones con mar y otros elementos, UniService, Trento, 2007

martedì 29 luglio 2008

Cuànto vale el niño de la esquina del banco?

Cuánto vale el niño de la esquina del banco?
Vale los depósitos del Chase de esta mañana?
Vale la limosna que el domingo
dejaron los turistas entre una foto y otra?
Vale todo lo que hoy no vendió la Oil Company ?
Vale las cuarenta cartucheras,
las treinta mil vainas servidas,
las cincuenta bayonetas traficadas?

Vale el diezmo, la coima, el descuento
especial por pago al contado?
Vale un diamante o un corcho quemado?

Cuanto vale ese niño señor Presidente?
Vale una vacante en Naciones Desunidas?
Vale la dura carta del Fondo?
Vale un bloqueo, una demanda, un puño
alzando su amenaza de cartón pintado?

Y si así fuera amenaza de misil llegando,
vale ese niño la dignidad de su guiso?
Cuánto vale ese niño de la camiseta
rasgada de potrero y miseria?
Vale un contrato por doce goles anuales?
Vale lo que un cartel televisado?
Vale un pago por desarraigo
o una jubilación de privilegio?

Cuánto vale ese niño de la esquina del banco?
Pronto, es urgente!
Que los carroñeros merodean
con una bolsa en la mano.

de: Prensa Callejera, Edit. La Luna Que, Buenos Aires, 2004

Não existe tal paraiso, companheiro

( Traducción al portugués Antonio Miranda)

Não existe tal paraiso, companheiro.
Os sonhos se desvanecem a cada tanto
e resulta que somos o que somos:
hipócritas, famintos, inválidos
que voltam de velhas trincheiras
com uma medalha no sovaco
buscando a Caixa de Empenhos.

A memória, às vezes, gota
sangue caida no crespúsculo.

da: Prensa da rua, Edit. la Luna Que, BsAs, 2004

Sobre "Explicaciones con mar.." por Adriano Corrales

Explicaciones con mar y otros elementos- Gabriel Impaglione Poesia. Uni Service (Trento) 2007. Edición Bilingue italiano/español. http://www.uni-service.it/

“Desde el otro lado del océano recibo la botella lanzada por Gabriel Impaglione: Explicaciones con mar y otros elementos. Trato de descifrar el contenido: poesía vital donde el hombre es el centro de todas las cosas y el asombro la medida del amor. Ese lanzamiento explica, de muchas maneras, por qué el poeta vive del otro lado del mar, lejos de su tierra natal, y por qué se despierta todos los días con la humanidad a hornear las palabras en la cocina de la solidaridad. Poesía necesaria, cotidiana, insurrecta pero tierna, vociferante pero callada, sutil pero combativa. Poesía para todos como el pan, el vino y la alegría. Gracias Gabriel por esta botella repleta de signos que son la vida"

Adriano Corrales. (Costa Rica)

Critica di "Spiegazioni con mare", per Renzo Montagnoli

SPIEGAZIONI CON MARE e altri elementi
di Gabriel Impaglione
Editrice UNI Service- Poesia – Silloge- Pagg. 113.-Prezzo: € 11,00

Nei versi di questa silloge si riflettono le condizioni dell’autore di essere parte di due patrie: quella originaria, derivante dalla sua nascita, dalle sue esperienze giovanili e in cui è maturata la visione politico-poetica del mondo, e quella acquisita con il suo matrimonio con Giovanna Mulas.
Il mare divide questi due regni di vita, ma anche li unisce, perché i punti contatto, i sentimenti, le emozioni si fondono in una universalità dell’esistenza che ci fa ben dire che non esistono confini, ma distanze, che non vi sono nazionalità, ma uomini che esprimono un comune sentire in lingue diverse.
Del resto di questo impegno non solo poetico, ma anche politico Gabriel Impaglione ci ha già detto molto con Carte di Sardinia, ma là in una dimensione più astratta, con una veemenza che qui si sfuma nella quotidianità dei comportamenti, nell’appagamento di una serena vita familiare, come un Ulisse che, dopo tanto peregrinare, è approdato finalmente alla sua Itaca, ma che anela a che tutti abbiano la possibilità
di ricongiungersi alle loro piccole isole-famiglie .
Ecco appunto la mirabile fusione fra il discorso politico e quello poetico, la forza stemperata dall’affetto, ma proprio per questo più incisiva.

Domande

Come si dice Pace perché si capisca?
Posso scrivere Fraternità in tutti gli idiomi?
Se non ti nomino posso dire Amore con tutte le lettere?
Perché chiamano globalizzazione l’imperialismo?
Perché all’imperialismo dicono democrazia?
Si può dire Libertà nei saloni dell’ONU?
Fu una goccia di sogno il principio di tutti i mari?
Come spiegarmi quando mi guardi?
Un poeta non ha se non tante domande.
…….

Ecco, mi sono permesso di riportare i primi versi di questa poesia, peraltro molto lunga, unicamente come esempio di quanto ho scritto sopra.
Aggiungo, inoltre, che la componente armonica, l’equilibrio fonetico è sempre presente e costituisce, nella lingua originale, una caratteristica consolidata dell’autore, e infatti, opportunamente, i testi sono riportati anche in versione spagnola.

Renzo Montagnoli.

Te privesc (te miro en rumano)

(te miro)
Te privesc

In fiecare casa a zilei te privesc
ca si cum ai fi toate ferestrele,
una cate una pentru chemarile geografiei.

Te privesc printre nave albe
care intind panza umbrei lor
in marea cuminte

profund linistita in rumoarea
vantului care inventeaza secrete
peisaje de chitara, te privesc.

Te privesc in gurile de argint fugitiv
care deseneaza in formele pietrei
nervuri de smarald.

In ratiunea pamantului si in picatura
si in tenacea utopie a radacinii, te privesc,
in constelatia substantelor

si minunea vinului in luna sa precisa.
Pentru crapatura painiipe masa servita, te privesc
imbarcat in lumina corpului tau

in al meu, si in mainile mele
te privesc, in vastitatea gurii tale
in fiecare scanteie a noptii linistite

in care salasuiesc buzele ce se cuibares
cin mica tara a saruturilor, te privesc.

Traducere: Marilena Rodica Chiretu
Publicado en: http://www.pitestiromania.ro/

mercoledì 23 luglio 2008

commento sul libro: Altre Spiegazioni

Recensione di Giusy La Piana

Giudizio_generale: 9
Punti di forza: la possibilità di leggere i versi dell'autore sia in italiano che in
spagnolo
C'è un giusto equilibrio fra cultura ed ispirazione.
L'universo poetico di Impaglione è affascinante. Molto soddisfatto
L'autore non è mai banale e riesce anche solo in pochi versi ad emozionare il lettore.
Recensione: La melodia della lingua spagnola e la sontuosità dell'italiano raccontano l'emozione di una poetica matura e al contempo genuina. Un viaggio in versi fra due culture il cui filo conduttore, in questo caso, è rappresentato dalla notevole sensibilità artistica di Gabriel
Impaglione.

Publicato da: Il Giralibro ( www.ilgiralibro.com/ ) luglio 2008.

martedì 22 luglio 2008

Tiempos de una superficialidad carnivora

( Publicado el 24/3/2007 , en: http://www.cronopios.com.br)

Por Luis Benítez

Entrevista al poeta Gabriel Impaglione, exclusiva para CRONÓPIOS desde Italia


El poeta argentino Gabriel Impaglione reside desde hace años en Italia, y es bien conocido en Latinoamérica y Europa tanto por sus libros como por su activa tarea de difusión de la poesía de otros autores a través de la Web. Impaglione, en este reportaje, se refiere ampliamente a estas dos facetas de su labor literaria, al tiempo que nos brinda precisiones sobre su visión de la poesía y la situación del poeta contemporáneo.


¿Qué puede decirnos sobre su trayectoria como poeta?

No sé todavía, esta respuesta la he dejado para el final, pues no le encontré una línea que pueda resultar interesante para el lector.
Debería pensarse (la trayectoria de un poeta) por la cantidad de versos que finalmente quedaron en la memoria de la gente?
Por la cantidad de libros editados? Por las lecturas que ha ofrecido o las críticas recibidas, digo, incluso las recensiones publicadas de su obra? Por los discursos ofrecidos en los salones literarios?
Por las publicaciones digitales, en papel, orales? Por las asociaciones que integra? Por los premios recibidos?
Sé que voy en camino hacia países desconocidos, nueva gente, cosas que decir.
Me gusta pensar todo aquello que vendrá en esta trayectoria que no sé a dónde me conduce.
A veces todo lo hecho por un poeta (y esta muy bien que sea así) queda latiendo en unos versos simples que alguien repite en algún lugar que casi nunca se sabe. Quizá sea esta memoria del otro lo verdadero que implica esta pregunta tuya, caro Luis. La esencia más pura por la que valen todos los esfuerzos del oficio. Lo trascendente a la hora de pensar sobre aquello que producimos.

¿Cuáles son los ejes temáticos de su poética?

El amor (a mi Giovanna, mis hijos Martin, Fabio, Noemi, Gonzalo, Roberto y Emanuelle, los hombres y sus oficios-sueños, la vida en suma) y la solidaridad, si se me permite extraerla del Amor para nombrarla, y el apasionamiento militante, otra forma de amor, que por antiimperialista y libertario, lucha a brazo partido para ganarse un espacio en la poesía, aunque algunas veces este empecinamiento en dar testimonio suene a cierta tendencia de blindar la rosa, como me decía mi caro amigo Juan Nuñez, que decía Tuñón.
Peligro (poético), por otra parte, siempre latente cuando no basta el asombro y la realidad nos contiene e impulsa.
Qué sería la poesía sin su actitud de herramienta, de arma de luz o tierra fértil, de entrega?
El hombre universal y todas las cosas que dentro de sí y en torno, lo influencian, significan, modifican.

¿Cuáles son los autores que más le han influido y por qué?

A la hora de pensar sobre mis influencias no puedo identificar autores concretamente, creo que todo lo que he leído y leo permanentemente deja su cargamento interior, esencias no versos, en algún puerto donde cada tanto recalo. No me refiero sólo a poesía. Incluso Mozart, o Clapton estimulan vibraciones que despiertan palabras. Las mismas palabras que se caen en la calle, de las conversaciones de los transeúntes, se pegan al orillo de los diarios, en las palmas de la mano, como un machete escolar. Creo que mis verdaderas influencias nacen de cada paso que doy, de cada vez que me detengo, de las pequeñas labores de la naturaleza, de las inmensidades que asombran; algo se repite interiormente, se pregunta, busca la palabra para explicarse. Podría aventurarme con las páginas que quiero, porque me emocionaron, para responderte: A mi adolescencia llegaron libros de todo tipo, generosamente. Tuve en mi familia el ejemplo del amor a la lectura y se convirtió en una experiencia habitual. En esas horas donde se inauguran descubrimientos leí los españoles del Siglo de Oro, conocí el universo inagotable de Pablo Neruda, la pasión de Rafael Alberti, la fortaleza de Raúl González Tuñón, el vuelo abecedario de César Vallejo, la simpleza de Jaime Sabines, la hondura de Armando Tejada Gómez. Después conocí (tambien personalmente) el soliloquio intimista de Antonio Aliberti, y Antonio me ofrecio páginas de Eugenio Montale, Cesare Pavese, Giuseppe Ungaretti y tantos otros poetas italianos. Siento una particular simpatía por la Generación del 27. Creo que debe llegar, y pronto, una generación de poetas con semejante mirada sobre las cosas terrenales, finalmente. Los cuadernitos de Antonio y Juan, amigos de la infancia que compartían luego de los picados futboleros en un baldío del barrio los escritos de esas horas, y allí nos leíamos y nos preguntábamos y nos reíamos, mientras la pelota descansaba a un costado. Esas tardecitas hacíamos camino hacia la poesía, la contemplación del mundo, el balbuceo de las nuevas palabras.
Que fue primero, el poeta o la poesía? Me encontré con textos maravillosos que pasaron por mí como tantas cosas bellas que a veces casi no recuerdo, me reconocí en palabras y lugares y preguntas... luego llegaron los autores con sus vidas a darle dimensión a la obra, a hacerla tangible, terrestre, no sé, más a mano. Y mucho después desde mi experiencia de vida, desde lo andado y por andar, me llegó la poesía. Y era un camino que ya me parecía conocer.

¿Cuál es la situación del poeta en la actualidad?

De Guerrilla. Y no hay otras posibilidades de lucha que emprender pequeñas acciones, multiplicando la unión con otros poetas. Son tiempos de una superficialidad carnívora. El Gran Hermano ordena la frivolidad y el mundo se olvida de la palabra. Todo pareciera ser imagen compulsiva, fugaz, vacía de contenido casi siempre. Enormes noticieros de TV que no dicen nada, programas ómnibus para anular la función crítica. Pesados diarios llenos de publicidad (léase por publicidad incluso espacios editoriales, entrevistas, suplementos culturales, crónicas). Agendas culturales oficiales llenas de señoras amigas de los señores del poder. Teatros vacíos y shoppings llenos. Grupos editoriales que editan lo que dictan los socios inversionistas y lo que creen que dicta el mercado. Y ya se sabe como es esto.
Las pequeñas editoriales honestas, porque también las hay de las otras, digo, de aquellas que repiten los malos ejemplos de arriba... decía, las pequeñas editoriales honestas, que trabajan con el interés puesto en la promoción literaria, en la promoción de autores válidos, en la gestación de nuevas y dignas bibliotecas, no tienen los instrumentos necesarios para contrarrestar la artillería que golpea permanentemente las vidrieras de las librerías o los espacios de difusión masiva. Ni siquiera pueden hacer alguna diferencia económica para sobrevivir. Entonces los poetas, que no entran en las prioridades (tampoco de Dios Mercado) se las rebuscan como pueden, autoeditan, se meten en los bares a leer, se publican en revistas y sitios de internet, se juntan en una plaza o un centro cultural con la gente, son obstinados patriotas de la poesía, guerrilleros armados de metáforas, mineros que cavan con las manos en el granito buscando la salida.
Muchos de los todos. Pero no todos, claro.
Todavía hay tantos mirando embobados la luna con algún sufrimiento de parque otoñal encadenado a la palabra, o borrachera de tisana para olvidar. Con todo lo que nos está sucediendo, como mujeres y hombres del mundo! Asesinan a nuestro vecino para robarle un anillo de lata, asesinan a nuestros chicos en la calle, explotan a los ya explotados, los humillan con planes caritativos y changuitas de pobrenegritoquetienehambre, nos mienten con una caradurez inagotable, nos venden guerras contra tiranos, terroristas y malos de película berreta y nos venden fuerzas de paz. Nos venden teorías del mal menor, facilmente hallables en los libros de cabecera del nazi-fascismo. Nos venden democracia y libertad a costos demasiado duros, y acá andan, todos los algunos (pero no todos, por fortuna) sufriendo de nostalgias playeras, de remordimientos adolescentes, de gatos y perritos falderos que ya no estan.
Y si todas las lecturas nos daban, entonces, entereza, lucidez, ejemplo, racionalidad, instinto, hasta formarnos para enfrentar buenos y malos momentos de la vida, ahora resulta que nos dicen que no sirve, y nos quieren convencer que las respuestas estan en esos compendios de filosofía plástica del conócete-a-ti-mismo-que-tú-puedes..
Y que hace el poeta en estas circunstancias?
Dónde su voz necesaria?
Porque mal que mal, todos los poetas siempre tenemos algo que decir, alguna cosa, simple, pequeñita, que tal vez sirva, que tal vez dispare en el otro un germen de idea, una idea al menos, y así las cosas quizá vayan mejorando, al menos para uno hoy, para otro mañana, para todos, en fin.
Porque a veces sucede que se dice algo que suena a un algo que dicen muchos, y en esa síntesis, hasta pareciera que nos hermanamos, que nos entendemos y somos de la misma especie... cosa curiosa, no?
Descubrirnos en la sensibilidad de la palabra. Esa que ha sido descartada de los catálogos de las grandes editoriales, de los espacios de los suplementos culturales de los serios diarios importantes, de los programas de cultura y educación de nuestros gobiernos.
Los poetas no debemos perder la ternura. Ni la voluntad de sembrar. La poesía es necesaria, lo sabemos “como el pan de cada día”.
Qué hacemos con nuestras vidas y nuestros sueños? Solos, aunque andemos de fraternidades entre escritores. Sin recursos, aunque millones estén incluso tanto peor que muchos de nosotros. Impotentes, ante despóticos oídos sordos.
Pequeñas y constantes acciones poéticas que mantengan viva la poesía. Multiplicándonos, creciéndonos, alimentándonos.
Ejemplos tenemos muy a mano. Carlos Machado, desde Brasil, no sólo desarrolla una bellísima obra poética, sino se esfuerza en mantener “Poesia.net” una publicación periódica que dedica a un poeta particularmente en cada edición. Está haciendo un trabajo de difusión excelente que nos permite conocer el universo poético brasileño con frescura y calidad.
Algo similar hace Piero Vicari desde Argentina, Amelia Pais desde Portugal, entre tantos otros activísimos amigos que han visto en este espacio digital una oportunidad dinámica de promoción cultural.
Julio Carabelli, desde Tucumán, agrega a su rica labor poética una hoja de promoción literaria estupenda, por ejemplo. Y en estas acciones, los poetas, silenciosamente, sin afanes de lucro, suman voluntades, entretejen fraternidades, le pelean al ninguneo del sistema con una tenacidad que maravilla.
El poeta hoy es algo así como un guerrillero. Y para los tantos que miran por TV lo que pasa en su vereda, el poeta tiene todas las de perder. Claro, con esa industria del “best seller” ya se sabe que las cosas se presentan muy, pero muy difíciles.
Pero con todo, hay un movimiento general importante. Fascinante en muchos casos. Se han multiplicado los encuentros de lectura, la autoedición, las fraternidades aprovechando los nuevos sistemas de interacción como internet. Todo indica que la resistencia poética al modelo cultural impuesto dejará una brecha importante por donde entrar a un futuro distinto.

¿Cuál es la situación de la poesía en Italia, en la actualidad?

No hay grandes diferencias con el mundo. Quiero decir, quizá encontremos mayor compromiso con la realidad en nuestros poetas latinoamericanos. Pero no se puede simplificar tanto en este aspecto. Son sociedades (la europea y la latinoamericana) diversas, que se desarrollan en planos diferentes, con distintas motivaciones y realidades. Aunque a veces creo que los sueños nos corresponden a todos por igual, en Europa se han dejado de lado muchos de ellos. Se han perdido muchos sueños. Y tal vez tenga que ver con el bienestar económico general, o las posibilidades más a mano, ciertas respuestas de los estados que garantizan básicamente la vida cotidiana, un respeto de los derechos a 360 grados...algo así.
En nuestros países del “nuevo continente” el acceso a estas garantías, a los planos de igualdad, al futuro posible, está vedado para las grandes mayorías. En latinoamérica el abrazo es vigente, la hermandad se puede acariciar en una conversación hasta casual entre desconocidos... en Europa, muchos parientes saludan dando la mano, respetando el metro de distancia entre las personas. Esto sin duda puede sentirse en la poesía europea de los últimos años. Italia es Europa.
Tengo dos nombres: Alda Merini y Carmelo Aliberti. Dueños de una obra rica, poesía vital, sin banalidades, vigente, madura. Y tantos nombres que se me escapan .
En otro sentido, abunda una especie de mercado de pague por publicar su poesía en nuestra revista. Se multiplican las publicaciones donde se ofrece la inmortalidad a cambio de una suma de euro. Incluso algunas ofrecen medallas al honor, diplomas a la creación poética, críticas inmortales, todo en una oferta sin desperdicio. Se puede leer gran cantidad de material de señoras y señores que aparecen con foto incluida en antologías y entrevistas o recuadros de poesía, que producen obra olvidable.
Por abajo de esta ansiedad de inmortalidad cultural, cruel mercado cruel, tantos poetas que tratan de abrirse paso lejos de las editoriales grandes y serias que publican como todas las editoriales grandes y serias del mundo: la misma cosa.

¿Cuáles son sus proyectos literarios?

Escribir, viajar y escribir, estar con la gente donde sea, y escribir, editar las revistas de Isla Negra, estimular a nuevos poetas. Y escribir.
En principio con Isla Negra, y sus variantes en italiano (Isola Nera) y sardo (Isola Niedda) que dirige mi mujer, Giovanna Mulas, tenemos la idea de llevarlas al papel para distribuirlas gratuitamente por donde podamos, incluso a modo de sucursales, por decirlo de alguna manera, que otros poetas tomen la iniciativa y en sus ciudades editen cada número para multiplicar su recorrido en manos de la gente común, que es allí donde debe anidar la poesía, o regresar, mejor dicho, la poesía.
En principio la actividad literaria es nuestra única ocupación y proyectamos seguir a pleno aunque sea difícil la travesía cada mes. Pero no podríamos hacer otra cosa.
Con Giovanna, que ha recibido dos nominaciones al Nobel de Literatura por Italia, y dos amigos artistas, Natale Murru y Franca Pani (músico y bailarina) estamos presentando un espectáculo de poesía y narrativa por diversas ciudades de Sardegna, y pensamos viajar al continente e incluso a otros países, de donde hemos recibido algunas invitaciones.
Vinculado a la difusión literaria (comprometido con la difusión de autores) mantengo un blog que es una especie complementaria de Isla Negra (http://isla_negra.zoomblog.com) y hace pocos días Tito Alvarado me invitó a colaborar en el sitio web de “Proyecto Cultural Sur” donde el objetivo es lograr una muestra más o menos completa de poesía contemporánea internacional. Tal vez se sumen un par de poetas en las próximas semanas para redondear el equipo de trabajo que tendría esta responsabilidad.
Fuera de la poesía, tengo un par de libros inéditos de cuentos breves que espero puedan ser editados este año. Al menos en mayo aparecerá una colección de cuentos de Giovanna y míos a través del Taller del Poeta, la editorial de Fernando Pérez Poza en Galicia. Será una edición en italiano de “Historias de seres mágicos y fantásticos”, proyecto muy bonito que se presentará en Sardegna.
Me ronda la idea de participar en algunos concursos que parecen interesantes, pero como siempre ocurre, o me olvido, o lo dejo para otra oportunidad. No soy habitué de las convocatorias.

¿Cuáles son las características de su último libro?

Proclive a los incendios, como dice el escritor argentino Juan Nuñez, uno se incendia nomás, desde lo cotidiano, desde el asombro, desde la mujer que amo, los abusos del poder de turno, los paisajes, cada recuerdo de la patria, los amigos, el estar en medio de una especie de nada a veces como suele suceder a quien emigra.
Es un libro que me dice que de a poco voy encontrando mi voz, el lugar interior donde habitan las palabras necesarias. Me hace sentir más cómodo que el anterior (Carte di Sardinia). Espero que el próximo supere los obstáculos que aprendí a conocer con Explicaciones con mar y otros elementos.
Se siente el hilo conductor a través de los temas marinos, donde el amor, la lejanía de la patria y los sueños encuentran una intencionalidad general que le da espíritu al libro.
No soy un buen crítico, y mucho menos de mi obra, con la que debo esforzarme para no ser demasiado severo.
El poeta y editor Franco Santamaría (Italia) dice que “la palabra se suelta de su significado primario y se transforma en imagen audaz, magnífica y universal, sin artificios, sensible de todo lo que nos rodea y emociona”.
Creo que es una síntesis posible de este libro, terrestre, por marino, y a remo, escrito.
Ha sido editado por Uni Service, una excelente editorial universitaria con sede en Trento, Italia. Trabajan muy bien, con mucho cuidado y originalidad. Es una edición bilingüe (italiano/español) de 133 páginas, que reproduce en tapa una obra del artista argentino Emilio Reato, uno de los muralistas más importantes de país.

de Prensa Callejera

Il faut se saouler d'oiseaux à en mourir
d'éclatements d'iris et de crépuscule,
de rires et de chansons à pleines mains
et laisser la gravité des sacoches
aux tristes collecteurs d'impôts,
laisser dire ceux qui conseillent
de perdre sa vie à la gagner.
S'obstiner dans l'espérance
des bras ouverts dans la rue,
en un festin d'indiscipline.
Il faut marcher,
c'est en marchant qu'on arrive finalement.
Ceux qui sont au long du chemin
distribuent la joie comme l'eau.
Il faut vivre tous les possibles jusqu'à renaître,
fonder à nouveau la terre au nom des fils.
Il est urgent de construire le vrai,
la maison définitive des ultimes fraternités.

Extrait de "Prensa Callejera". Traduccion: Patrick Cintas- in: http://jean.dif.free.fr)

Impaglione y su mundo personal.

Por Alena Collar (España- http://alenar.wordpress.com)

Bajo la edición y diseño de la poeta argentina Norma Segades ha aparecido en Internet una Antología personal del poeta argentino Gabriel Impaglione, que lleva por título “Mil ochocientos veinticinco”. En ella recoge una gavilla de poemas procedentes de libros ya publicados. Es- podría decirse- la Summa Poética, o testamento vital que Gabriel nos deja, como regalo.
Autor de libros como “Breviario de cartografía Mágica“, o Bagdad y otros poemas, en estos, en red, nos presenta treinta y cinco escritos en los que alude a temas recurrentes en su lírica: el tema social, desde el punto de vista del escritor que no comprende el mundo en el que le ha tocado vivir ( es el ejemplo de Hay que morirse de pájaros), el tema del encuentro amoroso como unidad y consecuencia de la búsqueda ( curiosamente Gabriel es un poeta de la esperanza a pesar de su escepticismo casi endémico), que puede verse por citar un caso en La campana de agua de la noche y el tema político que se desarrolla en diversos poemas pero del que es un ejemplo de lirismo y -si así puede llamarse- ética social su A los Treinta mil compañeros desaparecidos y que empieza así:

“He visto los hombres trepar a la sombra
tensando los arneses aún dormidos
y marchar unidos en el esfuerzo bestial
hasta montar el sol sobre la tierra.

Entonces salían de todas partes
los niños y las madresy luego los mercados
llenaban las veredas
de silbos y manzanas.

La alegría de las gestas domésticas
coronadas por la dignidad del almuerzo”


Pueden encontrar esta antología en:
http://milochocientosveinticinco.blogspot.com/

alas

Alas de voces que despliegan
horas desbordadas de utopía.
Éstas alas,
hundiendo el hambre en la corriente
del aire,
trabajando como las mareas,
estas alas
que ruedan soliloquios
de futuro a mano, estas alas
que llenan de descubrimientos,
de países de espejos de navíos,
de alas que se suman,
que bandada,
estas alas
que sangran duelen arden silban
cuando cortan contra viento
imposibles en rodajas.
Recogen misterios, preguntas
estas alas,
revelaciones ecos manifiestos
pinceladas luego de las marchas,
panes que reclaman
al niño, lágrimas
de compañeros en la impotencia
rota por la lucha.
Estas alas
que devoran
los confines del mundo y calladas
te abrazan te alzan y celebran,
sobrevuelan, te anidan estas alas.

De: Papeles de Sardinia (Carte di Sardinia)- Uniservice- Trento- 2006

mercoledì 16 luglio 2008

campesino

El hombre decide su rumbo en la semilla
se vuelca en los muslos de la tierra
va hacia una profundidad de savia
con el sudor a manos llenas.

mercoledì 9 luglio 2008

el viento con su metal agudo

El viento con su metal agudo
gruñe afuera, lejos, en otro lado.
No en la casa desde donde miro
la calle solitaria.
Silba su dolor de huesos,
de carne que se abre,
de llanto inexorable,
afuera,
ay... tan lejos,
que pareciera otro país,
otra ciudad distante.
Este país me duele en carne viva,
lastima, arde, desconsuela.
Todo lugar en el que se sufre
es otro lugar siempre inalcanzable.
Es otro lugar con otra bandera
por el que nada puede hacerse
sino rezar, firmar adhesiones,
ejercitar el yo-haría.
Este país, el mío, mi clara patria
está lleno de hombres desbrazados,
de mujeres partidas y sin risa,
de niños agujereados por el frío.
Por este frío que gruñe sus metales
aquí al lado mío, encima mío,
alrededor mío,
adentro mío.

Futuro en ruinas

Irán a la guerra
pertrechados, funerarios, aterrados
llenos de rencores
se lanzarán metales, filos, artimañas.

Se llenarán de plomo
los unos a los otros.
El desierto en llamas,
el futuro en ruinas,
el botín desgarrado por la jauría.

Un humo de tumba abierta
recorrerá el mundo.

Espeso, vasto, horrendo,
irrespirable
extenderá la noche en el planeta.

Nadie podrá mirar para otro lado.

La sangre
en todas las manos
será un niño muerto.

de "Bagdad y otros poemas"- El taller del poeta, Galicia- 2004

Un Funes de Tablòn (cuento)

Los chicos corrían cada pelota como si fuera la última, pero nada más. Y un tal Don Funes o algo así... sábado a la tarde de amistoso; dos mujeres cerca del alambrado hablaban de la pesadilla del descenso y una tercera le gritaba al referí algo acerca de una hermana que se había mudado recientemente al barrio.El sol en voz baja alentaba la mansa charla, o más bien, favorecía la atención sobre el hombre sin edad, sin identidad, casi sin sombra.
Ocupados en las semillitas de girasol y las pinceladas de un encuentro sin grandes emociones abrimos un viejo diario infinito.Me entregué a sus recuerdos, plácidamente, mientras un puñado de muchachos dormitaba en lo alto de la tribuna, esperando la pitada final del preliminar.
El hombre tampoco tenía apuro alguno.- "Un juez pa' recordar aquel Mr Cross... ése sí que era un árbitro con todas las letras, lástima que gringo! Pero dirigía lindo, che... andaba con traductor, porque ni jota del castellano.Esa noche ganó Luján 4 a 1 y los de San Andrés de Giles se fueron con la cola entre las patas... nada que hacer... Luján campeón del nocturno del 53, el interligas, y Giuliano que se atajaba todo, buen arquero... en el 54 también salió campeón, pero ante Chivilcoy que no lo pudo vencer a pesar de un par de artilleros de potencia.
Mirá que hay pa' escribir! Estos pelandrunes ni un cuarto del amor a la camiseta de aquellos años.Me acuerdo del San Lorenzo campeón con Martín Dorronzoro en la valla.
Yo le decía el Muro Rojo. Había que tener mucha fuerza de voluntad para convertirle.
Un tipo particular pa'l puesto... claro, no era el Grandote Cano, aquel arquero del Independiente campeón del 30, Martín era un mediano clásico, como decía mi viejo... bigote, sobrio el tipo para ir a lo alto o embolsar los disparos de media distancia. Y comunista hasta la médula! Lo admiraba, che... qué tipo honesto!Ahh! Ahora por lo menos se puede decir al aire libre!
Yo lo admiré siempre. Con un montón de tipos como él se terminan los problemas, sí señor!
La de piruetas para llegar a los partidos en aquellos tiempos donde la palabra comunista era el boleto pa' ganarse la gayola. Daba tanta bronca ver como tenía que escabullirse que, mirá, hasta la misma virgencita le daba una mano, sin que él se enterara, claro, para que forme parte de la partida liguera.Tipazo el Yasin lujanero... a veces andaba colgado del andamio meta mezcla y ladrillo, y de un salto ya estaba con los cortos en el arco. Sabés como lo buscaban? Eran otros tiempos, el fulbo era cosa de hombres y había palabra.Ni hablar del monopolio de ahora, donde todo lo manejan tres tipos. Caracho!Fijate lo que hizo la viejita Mazzoni, me parece que jugando pa'l Independiente, contra Platense.... el tipo, que era rápido y habilidoso, desbordó a los laterales con un pique endemoniado lleno de vaselina y olé olé, como se dice ahora, y le zampó un patadón a la pelota con la pierna derecha ésa que tenía, que se incrustó en la red sin que el arquero se diera cuenta siquiera de lo que pasaba... todo el mundo a festejar y el juez meta pito y centro de la cancha... sabés...... se le fue al humo el Mazzoni, con esa cara de pícaro que ponía a veces, y le dijo: Señor Juez, se me fue la pelota por la línea antes que la pateara, el gol no valió.Todos nos quedamos estupefactos, los de su equipo claro y la hinchada.. y después los contrarios y hasta el Pirulo que vendía cubanitos entonces, me parece. El juez no cobró, hizo sacar la pelota del lateral. Y le agradeció con la mirada al tipo que caminaba mirando para adelante hacia el centro de la cancha.Qué barbaro! Otro país, che... no como ahora que andan enseñando hasta como se finge un penal! Sí! lo vi en la tele un día, un tal Dalesandro, del River Plate, creo, el tipo, muy serio, le dice a los pibitos que ven la tele que les va a enseñar a fingir un penal! Vos podés creerlo!No hay dignididad!Deberían entregar una medalla que se llame Viejita Mazzoni al mérito y la caballerosidad deportiva.Imagináte un equipo ahora jugando en la primera, todos así... tan caballeros. Se van al descenso porque ni los jueces los perdonarían!Sabés, Dardo Dorronzoro, el hermano de Martin, había sido no sólo un caballero, sino un gran deportista. Figuráte que estaba entre los indiscutidos con los que formaron un tribunal de penas en el 58, año en que vos nacías, che. Mirá si es antigua la caballerosidad! jajaja.
Recuerdos, sabés, cosas que uno vivió y que no se borran fácilmente...Aunque le pasen el trapo a la memoria estos cretinos del todo-se-compra.Me acuerdo de la fundación del Artesanos, en 1886, hoy sería el Decano del Fúlbo Argentino... mérito que se ha ganado Gimnasia y Esgrima La Plata, claro, fundado en 1887, después vino Quiilmes. Mirá de los años que hablamos!La de historia que tenemos!El Artesanos desapareció nomás, como tantos otros... la tristeza que teníamos por esos días! Me acuerdo también del Atómico, por ejemplo. O el Alumni. Qué muchachada!El Brescia! Fijate vos de qué me acuerdo! El Brescia! Atajaba Militto cuando jugaron en el Torneo Italiano, ese campeonato de las comunidades de los tanos, viste... lindos campeonatos! Iba toda la familia y había que ver qué bien que la pasábamos.
El Brescia era el equipo de Metal Madera, una fábrica de las tantas que se comió el capitalismo. Ahí tenía un primo trabajando que a veces jugaba de wing izquierdo, el tipo a veces largaba la máquina, las horas extras, para ir a jugar, y después volvía a la fábrica. .
La Inafor y la Burco también tenían equipo.... y la Flandria, pero es otro tema, claro. Flandria sigue...qué Club... a pesar de la falta de plata sigue y sigue,che, es un ejemplo el laburo con los pibes.Sabes, me estoy acordando de cada cosa! Mirá la que voy a decirte....Estaba Buzón. Sí, Buzón, como lo oís!El equipo de los muchachones que se reunían en la esquina de Humberto y España, donde está todavía ese antiguo buzón de correos. Yo me enteré justito ese mismo día en que empezaron a charlar la idea, pasaba por ahí y me pide fuego el Flaco que esta sentado contra la pared de la esquina apoyando la espalda en la de tientos. Ahí el Gallego me dice que me quede un rato pa' contarme y preguntarme qué me parecía. Y qué le iba a responder? Que fantástico! y meta nomás!Mirá que ponerle Buzón a un equipo de fúlbo! Vos te imaginás el Buzón campeón del Mundo? Jajaja.Y uno que me llamaba la atención también era Farolito... había conocido en Libertad, allá por Merlo, al Defensores del Foco, club que supo tener buen fulbo hasta que terminó como recinto de truco y baile, nomás.
El Farolito era de barrio, atajó Néstor Brando si no me olvido, allá por el 60, eran los muchachos de Doctor Real y Rivadavia. Otra barra. Qué tiempos aquellos!Imagináte las historias que debe haber en cada pueblo si en Luján nomás, en un ratito, te puedo traer al recuerdo estos detallecitos al pasar...!La pasión que supo cosechar el fúlbo en todas partes...A veces dá bronca que se cuele tanta matufia che, que haya tanta violencia, que se use tanto a la gente! Dónde fue a parar la mística, el amor a la camiseta, la fantasía?Decime, vos que sos medio dotor... es verdad que los sueños se esconden de los vientos negros en las pelotas desinfladas?
Yo quiero tener a veces una esperanza, sabés... como los pibes... como aquellos muchachotes que fuimos alguna vez, entreverados en el potrero, soñando la fundación de un club, inventando escudos, colores, cantos de hinchada, himnos, jugadas magistrales.Hay cosas que parecen tan puestas de antemano... qué sé yo, capaz que me pongo nostálgico nomás... y mirá que sé que hay sueños que no se han perdido.Lo veo en los ojitos de los chicos que juegan en el club de acá a la vuelta, sabés... pero, qué querés que te diga!Me acuerdo una vez el encuento del Pancho Varallo y el Negro Román Quevedo.Qué par de tipazos che! Sabés qué me dijo El Negro? Mirá pibe, el arco es difícil, es ingrato, no es para cualquiera..."Eso me dijo... un maestro!
Y Varallo lo miraba serio, asintiendo con la cabeza... él que las sabía todas! Què Capo!Y yo que quería preguntarle todo lo que se le puede preguntar a jugadorazos de esa categoría, y el tren que se iba, viste, se iba... y buéh.Pero, te digo, todo eso que se esconde ahora, dónde se esconde? En qué parte del corazón se calla?Yo tengo una teoría, con permiso, no? ... una teoría simple nomás... que la saqué de la galera mientras pensaba en tantos recuerdos, acá, en este mismo tablón, sabés, una tarde como hoy.Y sabés qué? Gran parte de los sueños aquellos, sabés dónde se esconden? Entre los silencios que hacen los arqueros mientras la pelota anda a los saltos lejos del área.Sí señor, eso he descubierto.He descubierto que gran parte de la magia esta viva todavía.Vos viste bien a algún arquero cuando la pelota está lejos del área?
Claro, no, qué gracia tiene andar mirando a un tipo que pareciera se aburre en el lugar más ignorado de la cancha en ese momento?Y sin embargo está todo ahí.Está la jugada completa, la que no sale nunca está ahí, en esos ojos, el centro exacto, el patadón furibundo de larga distancia porque el arquero está adelantado, el toque sutil a la otra punta porque el arquero estaba más lejos, el enganche hacia adentro porque no había nadie, todo eso está... te das cuenta? Las recomendaciones del técnico que se incumplieron, las pegadas del maestro en el entretiempo, el luto por el dolor de amor del nueve que no la ve ni cuadrada, todo se ve en el arquero que espera le llegue una pelota mientras mira.Todos los títulos estan ahí, los mejores goles salen desde ese lugar ignorado exactamente en ese momento.Y ni hablar de la versión corregida de lo que pudo haberle pasado hace dos minutos... o el anticipo magistral de lo que ocurrirá en segundos!Mirá que anduve y vi partidos y corrí la cancha, che! Pero te voy a decir algo...
Ahí esta la magia, los sueños, el arte, esa cosa de las que tanto se habla y que para mí, qué querés que te diga flaco! Es amor, viste. Amor. Simplemente amor, nomás.Y si no... explicámela vos, que sos medio dotor!

"De “Cuentos de Arqueros.-

martedì 8 luglio 2008

Desanimar el desanimo

Desanimar el desanimo
deshilacharlo
que se desdibuje
grotescamente
y se destierre
y se deseternice
y su deshielo nos descubra
llenos de desimposibles.

De: Prensa Callejera . Editado por La Luna Que, Buenos Aires, 2004

Alguien muerde un basta

Alguien muerde un basta

desmembrado
que le salpica el cuerpo.

En el silencio
cómplice
el mundo es un funeral a cuenta.

Será muy tarde entonces.
Impune oscuridad
de piedra eterna.

La humanidad arrasada
por una epidemia de yonosabía.

De: Canto a un prisionero. Edit. Poetas antiimperialistas de America. Otawa, 2005.

La manada (cuento)

Pudo ser una tragedia. Los vecinos aún agradecen a Santa Silicia, patrona del pueblo, cuando surge en secretas reuniones el recuerdo de aquel acontecimiento. El maestro Hernáez, testigo privilegiado del hecho, dejó constancia de aquel asunto con esmerada letra de imprenta y editó un folletín, con paciencia artesanal, en el viejo stencil de la escuela.
La historia se desató hace muchos años en medio de la nada.
Don Chilo proyectó un boulevard, incitado por las fotos de las revistas europeas que llevaban al bar unos chacareros daneses. Era hombre de grandes y silenciosos emprendimientos públicos. Había imaginado la presencia de una ancha calle de doble mano, separados ambos carriles por una fila interminable de eucaliptos. No existían posibilidades en el casco céntrico del caserío por obvias razones de trazado municipal, a pesar de las escasas veinte familias que vivían en esos parajes, así que, movido por su afán de progreso, imaginó la avenida en las afueras de Medanales. Allí estaba, en medio de una desolación llena de ondulaciones resecas y un viento duro como piedra, construyendo por propia idea y cuenta la Avenida de los Ocalitos, cuyo nombre escribió en una pequeña tabla de madera, con pinceladas de pintura verde.
Cargaba tosca en el carro para luego echarla sobre la traza que había terminado días atrás. Con la caja ya colmada quiso agregar varias paladas, motivado por la ansiedad de ver concluida su tarea. Lo calculó rascándose la cabeza, midiendo el cansancio de Bocha, su noble caballo de tiro, y las horas que le quedaban a la jornada. Se animó hundiendo la pala en el fondo de la cantera.
Ese fue el comienzo.
La tierra empezó a temblar como si desde sus entrañas una inmensa bestia se desperezara de larga siesta. Bocha huyó espantado zafando de las ataduras y el carro cayó hacia atrás volcando la carga y rompiendo con mil crujidos el cansado eje.
Las paredes altas de la tosquera se desmoronaron, desprendiendo enormes bloques de piedra caliza, huesos fósiles y remolinos de tiempo olvidado.
Una nube de pájaros negros oscureció la siesta y el piso de la cava se levantó empujado por una fuerza que lo estiró hasta partirlo.
Chilo manoteó el cuchillo de pelar naranjas que llevaba a la cintura y se afirmó sobre las alpargatas, escupiendo el escarbadiente que lo acompañaba a diario en sus faenas.
Una constelación de pupilas dilatadas ocupó la oscuridad de las grietas.
— Bichaje del infierno!— gritó retrocediendo. El espeso silencio que obtuvo como respuesta fue roto con su segundo alarido:
— Salgan pa' juera nomás si son machos!—.
Un vendaval de polvo lo pasó por encima, tronando como una estampida.
Pasado el sofocón pudo ver desde el piso una inmensa nube marrón que se alejaba trepando al cielo. Sin caballo y en medio de la nada se tomó su tiempo, sacudiendo el polvo de la boina con golpes secos contra su rodilla en alto y, de cuclillas, concentró la vista para escudriñar en el boquete rodeado de un halo de polvillo gris en terca suspensión.
Pudo escuchar rumor de agua y el silbido del viento rozando los huecos de un túnel.Chilo ya lo sabía, conoció decenas de cavernas bajo las barrancas del río buscando cierto tesoro de extraviados vikingos, de quienes hablaban unos dinamarqueses cada vez que se emborrachaban en el almacén.
Conocía el sonido de los anillos del aire girando en las perforaciones de los túneles... cierta melodía repetida en diferentes tonalidades mientras el hilo de viento pasaba.
Prendió un cigarro para charlar con la espera, hasta no poder más con la curiosidad y dejarse caer a la gruta.
Cada tanto la luz del día se filtraba desde el techo a través de los hoyos de las vizcacheras y las cuevas de los cuises. Pacientemente le contó al maestro acerca de una gruta del tamaño del salón de baile del club, más o menos, y enormes pilas de esqueletos brillando con desvergonzada fosforecencia. El espacio se angostaba como un embudo inmenso, conduciendo a una abertura perfectamente circular desde cuyo extremo llegaba el más extraño murmullo que haya escuchado. Ese túnel parecía estar hecho por un científico suizo, dicen que le dijo al maestro.
— Vea Don Hernáez, esa caverna era científica. A mí que no me vengan con macanas, ese aujero lo hizo un dotor suizo o algo así. Con decirle que era más redondo entuavía que un reló... usté no me creería. La caverna lo dejó atónito. En la oscuridad, atravesada por tajos luminosos que dibujaban lunas llenas en el piso, advirtió osamenta de animales fabulosos.
—Con estos caracuses de dragones se podrían hacer las colunas de la iglesia a nuevo. Usté se puede imaginar un caballo de veinte metros de alto? No? Bueno, imagineseló, porque yo lo ví ahí abajo, doña!— le dijo a una vecina que no salía de su asombro días después del suceso.
Al fondo se abría otro pasadizo. Anduvo atento hasta que la sombra de una mole lo detuvo.
Retrocedió con el corazón en la boca, apretándose de espaldas contra una pared. Sin otra alternativa, como fiera encerrada, echó mano de su cuchillo naranjero, afirmándose sobre los talones. Respiró profundo para sorprender con el latigazo de su brazo fuerte.
La sombra, pesadamente, atravesó con indiferencia el centro de la gruta. Un extraño animal de tres metros de alto, redondo, macizo, marrón oscuro, cruzaba ignorante del hombre que abría los ojos hasta las lágrimas.
—Un peludo como pa' cien personas!— repitió entusiasmado en su relato.
— Iba lo más pancho el bichazo sin decir ni mú! Y de enderepente se metió en el hueco de la cava pa' rajarse.
De un salto se montó sobre el caparazón. El animal no se inmutó, trepando a la superficie lo cargó hasta el río. Podía verse la polvareda alrededor de esas sombras, como si rasparan con sus portentosas uñas el piso seco. Bajó de un salto, enganchándose la bombacha bataraza en unas púas que sobresalían de la caparazón, regada de unos pocos pelos negros y gruesos como pasto.
Herido por la curiosidad, con el cuchillo bien firme en su diestra, se acercó de a poco a los animales. Bebían en la ribera, moviendo sus colas pesadas de un lado al otro azotando la tierra con golpes estruendosos.
—Me van a espantar los pejes!— gritó enfurecido.— Ahí mesmo dejé el trasmayo, caracho! Fue hasta ellos como rayo, pateándolos enceguecido, gritando hasta enronquecer la voz mientras era rodeado por cincuenta enormes animales que, amontonándose, parecían camiones oscuros apiñados en un embotellamiento de película.
— Se me escabullen ya pa´ otro lao, peludazos! Vamo, vamo! —insistió repetidamente.
En el medio del caos de moles apretadas gritó tan fuerte (dijeron que se escuchó en el pueblo), que las bestias corrieron desenfrenadas río abajo, tomando el camino del caserío.
Fue una estampida fenomenal. Detrás Chilo haciendo girar la boina en alto, enrojeciéndose la garganta al grito de: arre, arre! Reía a carcajadas. Arre, arre! Los grandes dientes bajo el bigote brillaban al sol mientras a los saltos, sorteaba plantas espinosas.
La manada entró por la calle principal como una horda invasora. El terror sacudió a los vecinos que volaron a protegerse en sus casas, sobre los techos o trepados a los grandes eucaliptos que temblaron como si un huracán hubiera querido arrancarlos de cuajo.
El maestro, que a baldazos regaba la calle para que el polvillo no echara a perder los pocos libros de la biblioteca, no atinó sino a adherirse de espaldas al único álamo de la vereda. Milagrosamente no fue aplastado por las moles que le rozaron el guardapolvo largo hasta los pies. Cuando pasó el último animal, quizá un acto reflejo, echó su baldazo de agua sobre las zanjas abiertas por las pezuñas de las bestías y se quedó mirando los remolinos de tierra suspendidos en el aire, con la boca abierta. Nunca tragó tanta tierra como en ese minuto y medio, reconoció después.
Los animales se movieron en medio de un estruendo que quedó suspendido en los alrededores por varias semanas. Llegaron hasta la calle costanera y tras una confusión de tierra volátil y horas desquiciadas se perdieron entre los médanos que rodean la desembocadura del río, varios kilómetros al sur del caserío. Cuando Chilo llegó a su casa encontró a Bocha resoplando, con las cinchas colgándole como hilachas desde el lomo y las pupilas dilatadas, desorbitadas todavía por el susto. Su mujer, bajando de un pino del que pendían pequeñas jaulas con jilgueros, le gritó con desesperación.
—Cómo te pudiste meter en medio de esos bichos! Mirá que sos inconsciente!
El Hombre dibujó una mueca de suficiencia mientras rozaba con las manos callosas su cabeza.
— Mansitos nomás... medio exagerao los peludos, pero debe ser de tanto andar por las grutas... hay raices pa'hincharse a lo pavote!... Preparáte unos mates.
No tardaron en llegar los vecinos. El policía, poniéndose la chaqueta, y el empolvado maestro del pueblo, todavía invadido de un temblor que le hacía sonar los dientes, lo interrogaron exaltados, derramando cierta ansiedad transpirada. A lo lejos, la nube marrón se asentaba sobre una zona de vastos medanales inexplorados; ya no había peligro. Los vecinos lentamente asomaron sus cabezas a los umbrales tapados todavía de blanco polvillo.
Chilo contó lo sucedido, mate en mano, ante el asombro de la gente.
— Acá me ven — dijo sonriendo— provisando confrencia 'e prensa! El policía mandó buscar el sulky para hacer una inspección ocular. Juró por sus cuarenta años de servicio encontrar al cuatrero que juntó ese bicherío sin pagar impuestos en su jurisdicción. No quiso entender razones cuando el maestro le hablaba de un fenómeno que revolucionaría la ciencia.
—Se trata de animales extinguidos hace más de diez mil años — decía. Esto atraerá a los científicos, Medanales será el centro de atención del planeta entero! Debemos prepararnos para recibir a esas multitudes que precisarán alojamiento, comida, comunicaciones, lugares de trabajo, mano de obra. Tal vez se construya el museo que tanto soñamos, una universidad, un centro científico.... Entienden? Progreso para el pueblo!
—Má qué progreso ni ocho cuartos! Más sacrificio por la misma plata! —vociferó el policía.Uno de los vecinos, acercándose con un peine en una mano y un frasco de gomina en la otra, se sumó a la opinión del uniformado:
—Mire,— le dijo al maestro— si por un casual va a venir gente por este asunto y empieza a meterse en el río pa mirar qué hay y esas cosas, después va a resultar que ni pescado vamos a tener! No lo voy a permitir. A mí, si me preguntan, no ví nada! Y me voy a encargar de decirle a toda la gente que ni abra la boca al respecto. Lo único que faltaba... por unos bichos deformes pagar el pato nosotros!
Mientras Chilo destapaba una botella de vino, los hombres discutían a los gritos.
Sólo cuando cortó en dados pequeños un queso casero y en rodajas gruesas un salamín oloroso, se apaciguaron los ánimos. Pero no terminó el debate hasta que se reunió la comisión vecinal y decidió ignorar el acontecimiento.
Quiso el destino que no se perdiera aquel suceso en el olvido, como tantas veces ocurrió con momentos importantes de nuestra historia. El maestro editó varios relatos en un folletín artesanal para guardar memoria del acontecimiento. Escribió en la tapa: "Algún día, cuando mis alumnos sean hombres y cambien las cosas, se recordará que una manada de gliptodontes, en estado salvaje, milagrosamente, apareció desde el fondo de una cava para ver la luz de un tiempo que los ignoró torpemente, volviéndolos a perder en los laberintos infinitos de la ignorancia, en las arenas extraviadas de un pueblo desacostumbrado a los dulzores del saber y de la ciencia. Ojalá al menos pervivan estos sueños."
Cada tanto leo el cuadernillo.
Me contaron que el maestro se mudó a un pueblito del sur, y luego de muchos años, en la época de la sangrienta dictadura militar, tuvo que exiliarse perseguido por sus convicciones democráticas. Quizá ahora viva donde seguramente no suceden estas cosas. Nadie cree lo que esa humilde publicación ha salvado del olvido, por supuesto. Relatos fantasiosos de un antiguo maestro de pueblo! Chilo, después de un tiempo de solitaria tarea, terminó un tramo de su calle que no llegó a ser boulevard y tampoco se unió a ruta alguna ni sirvió para nada. En las afueras del caserío, como un misterio que podría desvelar a futuros arqueólogos, la traza comienza en medio de un pastizal duro y reseco donde un cartel desahuciado reza: Avenida de los Ocalitos, con despintadas letras verdes.
Juró no revelar jamás el sitio donde se encontraba la tosquera. Y así fue. Tal vez no resulte imposible para algún buscador sensible ubicar ese umbral del tiempo olvidado.
Sólo que... quizá ya no tenga sentido.
A esta altura de los tiempos no se estila desandar las huellas de los relatos que merodean sigilosamente cocinas y fogones.

Despuès del despuès (cuento)

Lapidario Guzmán ni abrió la boca. La noche se hizo un muro sin límites alrededor del grupo y si algo hubiera sucedido luego, no sé, una gota del vaso de Sisemio deslizando su azafrán hasta golpear la tierra, el aliento haciéndose una espada en el aire, el tiempo, ese frágil silbido a veces, se habría partido en tantos infinitos el paisaje, que hoy la historia sería diferente. Los jueves a la tarde vestía su guardapolvo azul y entraba al galpón de las estrufallas. Encendía la luz negra y se dejaba llevar por el largo corredor mirando una a una las celdas pequeñas y malolientes. En el final del húmedo pasillo una enorme biblioteca desierta custodiaba el escritorio de metal sobre el que se apilaban carpetas, cartuchos del 14 y la tímida constelación de botones rojos del tablero de seguridad de las jaulas. Sentado, reposaba las piernas en una pequeña banqueta azul mientras afuera la noche comenzaba lentamente su gobierno implacable. Así las cuatro noches mensuales, percibiendo el seseo de los machos dormidos, el áspero roce de las patas escamosas en los acorazados cuerpos. Cada tanto una luméndrola trazaba un hilo de baba fosforecente en la sombra y al segundo, inexorablemente, el chasquido, un gemido después casi imperceptible, y más tarde el sordo estertor del final. Y las endiabladas mandíbulas de alguna estrufalla rechinando en el saboreo agridulce, bañadas de cierta baba fosforecente que se evaporaba de a poco hasta no ser sino una sombra más en el sopor de la oscuridad. La rutina de los jueves por la noche. Gino intentó cierta vez combatir la elástica constitución de las horas instalando un pequeño televisor en el escritorio. A la mañana siguiente lo encontraron paralizado, casi verde, con los ojos desorbitados y extrañas palabras inconclusas prendidas de la boca. Se lo anticiparon, pero él no entendía mucho de estas cosas. Pensó que sólo justificaban sus exigencias obligándolo a estar atento en un filo de tensión casi insoportable. No fue capaz, en su ceguera, de entender porqué las guardias se cumplían con turnos de un día a la semana, y que cada noche otro como él se hiciera cargo de la tediosa rutina de esperar el amanecer detrás del escritorio, en la oscuridad, en completo silencio, con una escopeta de dos caños siempre a mano y el inyectable de efecto súbito para estirar por unas horas sus posibilidades de supervivencia. Cuando aquella vez le preguntaron por su experiencia, la rica historia de Gino en los suburbios abandonados, sus andanzas por los graves galpones del ferrocarril y la derruida zona industrial bastaron para ganarse el puesto. Otros tiempos. Las estrufallas no habían evolucionado todavía, se arrastraban como babosas gigantes por los ángulos sombríos cazando luméndrolas y pequeños escorpiones de aceite, y nada hacía prever que la nueva especie alcanzara semejante desarrollo. La mutación, repetía kafkianamente un viejo profesor universitario de Biología. Gino no entendía de mutaciones, nuevas especies, apocalipsis y largas caravanas de sobrevivientes hundiéndose en el sur ignoto, y ya de tan depredado casi inhabitable. Él se había negado a abandonar su territorio, su vastedad de rincones, su intrincada red de pasadizos y refugios. Después de aquella luz enceguecedora y el viento de piedra que arrasó los primeros barrios, luego de la nieve roja cuando ya todos los rumores habían sucumbido, la piel de corteza centenaria era suficiente protección ante mordeduras de frío y alimañas. Con las semanas adquirió un sentido auditivo envidiable para captar el mínimo roce de un cuerpo sobre cualquier superficie. Luego le llegó como don maravilloso el olfato más agudo, bestial, exacto que pueda imaginarse. Mientras todo parecía suspendido en el tiempo, e iban y venían hombres embutidos en trajes especiales, Gino perseguía su almuerzo, pequeñas especies escurridizas, mirando a la distancia la reconstrucción de lo posible. Fue acercándose de a poco, hasta que alguien ganó su confianza, y luego otro, y terminó colaborando en un escuadrón de hombres como él, hechos a las nuevas circunstancias. La primera estrufalla evolucionada lo acorraló una mañana en un corredor de la Superintendencia del Ambiente, donde desmontaban artefactos eléctricos. Alcanzó a hundirle un destornillador en el pecho antes que la bestia le llegara al cuello. Supo que la historia no sería la misma. Entonces, durante las guardias, la escopeta de dos caños estaba siempre a mano. Pero no entendía demasiado. No alcanzaba a comprender el porqué de las celdas, la razón imbécil de mantener vivos los últimos ejemplares de la especie. En lo que fue el centro de la ciudad el vértigo de los andamios aceleraba día y noche la nueva geografía. Dentro del perímetro enrejado crecían jaulas gigantescas y laberínticas galerías cerradas. En uno de los pabellones se expondrían las bestias, detrás de triples cristales de máxima seguridad. Él no entendía ciertas cosas. Fue un jueves, tal vez entre sueños avanzada la noche, de una fosforecencia a otra en el galpón a oscuras. Comenzó a verse estrufalla, último eslabón de la evolución mutante, fiera descompuesta en tantas otras versiones cada vez más monstruosas. Y un relámpago de idea que lo fulminó detrás del escritorio, con las piernas abatidas en la banqueta azul y todos esos cartuchos del 14 frente a las narices. Rascó la piel casi fósil de su mano izquierda y encendió todas las lámparas. Un gemido, primero, después el creciente bramido de las criaturas que lo empujó a la escopeta. Pulsó la cerradura electrónica de cada una de las celdas desde el tablero del escritorio y esperó, con la vista en ningún lugar, el rumor compacto de las pisadas sobre el pasillo. Fue la lucha por una luméndrola, el forcejeo silencioso, un estampido luego. Y la boca chorreándole una baba fosforecente. Más tarde otro silencio, diverso, espeso, maloliente, como una niebla en el galpón vacío, alrededor de las huellas compactas perdiéndose en la noche. Tal vez como lenta caravana de sombras inexplicables siguiendo a respetuosa distancia al macho alfa de brazo armado. Y muy después los gritos, el pánico alrededor de quejidos y plegarias, lejos, entre los andamios. Lapidario, Sisemio y los otros dos operarios de la grúa casi ni respiraron, vieron la carnicería desde la altura. Esperaron tres días entre una nube de carroñeros y todos los inexplicables porqué a mansalva. La patrulla allá abajo les dio coraje para descender a lo que quedaba del infierno.

(Editado por: El taller de poeta, Galicia, 2007- edicion en italiano, en: racconti fantastici, d'amore e di morte, compartido con cuentos de su esposa, Giovanna Mulas.)

sirve la poesìa?

publicado en el DOSSIER de Poemanìa: ¿Sirve la poesía en el tercer milenio?

La poesìa nace con el hombre

Gabriel Impaglione: La poesía nace con el hombre Sirve la poesía en el tercer milenio? Sirve el tercer milenio? Sirveel hombre en el tercer milenio? Para qué o para quien o a quien sirveel hombre? Sin el hombre, qué harán los Mercados, tan celosos de laspequeñas perturbaciones del aire y los geranios. Sirven las ideas enel tercer milenio? Qué ideas, las ideas de quienes sirven en el tercer milenio? En el caso que sirvan los hombres, estos tienen la terrible costumbre de forjar ideas, y las ideas que nacen y se forjan, en cierto sentido, en determinados rumbos, claro, son siemprepeligrosas... los dioses del marketing y sus empleados hacen loimposible para que las ideas esten todas en sus jaulitas, o en losumbrales del nuncajamás, como es debido. Pero qué sucedería si depronto el Olimpo del Marketing fuese burlado por la salvaje,monstruosa, maloliente, pornográfica, atea, comunista, homosexual,inmigrante, clandestina, pobre y hambrienta, incendiaria y tiernapoesía? Sirve el amor en el tercer milenio? Pregunta alternativa:sirven las armas? De qué vale un misíl de largo alcance? En qué cosaes útil un tirano en el tercer milenio? Para qué le sirve a la genteun idiota útil encaramado en el Gran Poder Central? El Gran PoderCentral en el tercer milenio sirve para algo? Ha servido para algoalguna vez? Cual es el verdadero valor de la fórmula tener y tener ytener más, en el tercer milenio? El “esto-es-mio” de los dueños delmundo es más importante que un manojo de versos en la calle? Es quelos tanques, que parecen ser tan importantes también en el tercermilenio, son los que distribuyen amor en el planeta? Los binocularesinfrarrojos de los marines no están hechos para ver el vuelo de lamariposa sobre las lavandas en flor, para estas cosas de la vida senecesitan ojos y cierto diálogo interior que amanece con la palabra.Pero parecen ser más útiles los binoculares. Los diarios hablan deellos con mayor énfasis que de la poesía. Inclusive, de las mariposassobre la lavanda, a excepción de poetas y algunas tías cuidadosas deljardín, no habla nadie. Qué tipo de comunión establece con la vida uncañón, en el tercer milenio? Pocos quieren escuchar – se permitenescuchar- a los poetas, las mayorías prefieren el telenoticierocentral, más de lo mismo de lo de siempre. Más para seguir siendomenos, más de lo mismo para ahondar el gran vacío de un nuevo sigloganado por la apatía, la superficialidad, el no me importa, elindividualismo del consumo. Sirven los telenoticieros en el tercermilenio? La poesía sirve para entender que la luna cabe en una mano.La poesía es el signo de interrogación más elocuente. La poesía sirvepara mirar el horizonte. También para ver donde se camina. Paraencontrar la puerta de salida y de entrada. Digo, para encontrar yencontrarse. A veces es como una llave: una llave sirve para abrirpuertas, cajones, baúles, armarios, candados, jaulas y perímetrosblindados... una llave es la poesía, a veces. Sirven las llaves en eltercer milenio? La poesía es subversión, guerrilla, el mal que vienedel otro lado a morderle los tobillos al bien instaurado en la cima.Digo la Poesía, aquella brutal caricia del amor que no se mete en lossalones de las lentejuelas. La poesía es expresión consciente de larealidad en su belleza y en su dramaticidad y no es posible sin elcompromiso del hombre con esa realidad y con el futuro. De qué sirveel futuro en el tercer milenio? La poesía es el palmo de tierra dondefracasan los imbéciles, los vanales, los mercaderes de todas lascosas. Se puede hablar de poesía revolucionaria, de poesía en lucha,de poesía social, no se puede hablar de poesía mercantil, poesía de la bolsa de valores, poesía capitalista. No se puede hablar de mercado para la poesía, porque la poesía no acepta mercados. La poesía respira en cada ser humano que la respira. Para los mercados jamás existirá la gente, solo se entiende con clientes. Sirven los mercados de lectores en el tercer milenio? Qué es un mercado lector? Se vende la poesía? La poesía nace con el hombre: el primer nombre de la primera cosa que encontró el hombre en su camino nació de una metáfora. La metáfora es poesía. La poesía es el primer arte, la primera gran maravilla del hombre, la revelación original. Tiranos y usureros y otros residuos de esta especie no han podido con ella. Con la Poesía. Sirve la libertad en el tercer milenio? La poesía es en infinidad de casos el único ejemplo concreto de justicia para millones de personas. De qué sirve la justicia en el tercer milenio? La poesía como la piedra sirven para decir basta. La poesía lleva a la tierra prometida, y la tierra prometida es sencillamente eso: la tierra prometida. La tierra prometida queda en el tercer milenio? La poesía no es el pensamiento político correcto. Es la belleza y también la más cruel de las imágenes de la barbarie. En ambas busca la esencia del hombre, y nos advierte. Para que sirve la realidad en el tercer milenio? La poesía crea y recrea, inclusive a los dioses. Inventa y reinventa máquinas, planetas y animales fabulosos, ángulos perdidos, luces que no se terminan, nuevas rosas de los vientos. La poesía Emociona. La poesía es el niño que le dice al rey: “Usted va desnudo” La poesía no es la Sissi de los salones, es una muchacha cualquiera de un pueblo cualquiera, sin tiempo y sin medida... a la poesía no le caen bien las reverencias, ni los sarcasmos detrás del abanico... ni las pelucas entalcadas, los corsets, los espejitos de responder ustedeslamásbella. La poesía asiste a los bailes de máscaras sólo para mostrar el rostrodescubierto. La poesía sirve para inventar la rueda cuando tenemosnecesidad de una rueda. Sirve la rueda en el tercer milenio?

Gabriel Impaglione: nació en la ciudad de Morón (provincia deBuenos Aires, Argentina) en 1958. Es poeta y periodista. Publico:"Echarle Pajaros al mundo", (poesía, Ediciones Panorama- Flandria,Buenos Aires- 1994); "Breviario de Cartografía Mágica" (poesía, ElTaller del Poeta- Galicia- 2002); "Poemas Quietos" (Antol. Editorial Mizares- Barcelona- 2002); In e-book "Todas las voces una voz-Universidad de Educación a Distancia, Madrid, 2002; "Bagdad y otrospoemas" (El Taller del Poeta- Galicia- 2003); "Letrarios de Utópolis"(poesía, Linajes Editores- México- 2004). "Cuentapájaros" (poesía, instampa, Taller del Poeta- Galicia). Participación en la AntologiaCanto a un Prisionero, Edit. Poetas Antiimperialistas, Canadá, 2005;alala, Taller del Poeta, España, 2005, también en versión italiana.Carte di Sardinia, Uni Service.Trento- Italia. Poesia,2006."Explicaciones con mar, y otros elementos. Poesia, bilingue.Uni-Service, Trento, Italia- 2007. Otras Explicaciones, 0111 edizioni, Italia, 2008- Ha sido traducido al portugués, italiano, sardo, francés, catalàn, gallego, inglès, rumano y bulgaro.

commentario di Montagnoli su Altre Spiegazioni

Altre Spiegazioni
Poesia. 0111 edizioni. Italia- 2008

Il percorso poetico di Gabriel Impaglione, dopo Spiegazioni con mare ed altri elementi, si arricchisce di questa silloge che si riallaccia in fondo alla precedente.
L’autore argentino ha una naturale propensione a esaminare le storture del mondo, soprattutto quelle diseguaglianze marcate che opprimono i più, e nell’ambito di una filosofia di stampo marxista, ma interpretata in modo umanistico personale, trasla nei versi il suo messaggio politico di libertador, quasi una sorta di poetica epico-popolare, dove l’epico ha una funzione di solennità del verbo, volta a rafforzare il concetto esposto, e il popolare, invece, è la forma usata, la più semplice possibile perché possa essere di immediata comprensione ai maggiori destinatari, cioè a tutti quegli uomini meno uguali degli altri.
La sua, però, non è una forma stilistica ed espressiva che possa eventualmente far rientrare la silloge fra le opere esclusivamente politiche, ma trae forza dalla base per espandersi in un crescendo di preziosità artistiche che la rendono poesia a tutti gli effetti. In questo noto una certa somiglianza con il famoso Ernesto Guevara, più conosciuto come combattente per la libertà, ma che è riuscito a trasfondere i suoi ideali in poesie, indubbiamente di carattere politico, ma di notevole bellezza.
La poesia che segue è un chiaro esempio di ciò che ho inteso dire. Qui, forse più che in altre, Gabriel Impaglione è riuscito a fondere mirabilmente il suo naturale impegno politico con il suo altrettanto naturale estro poetico.
Giustizia

Della morte s’imbandierano i boia.
I funebri bronzi che abbondano, gravi,
in piazze e musei e caserme.

(lì fanno giustizia le colombe)

per la morte ci sono oratori
brillanti, sbirri che si rovesciano
in seme nero col soltanto nominarla.

(lì fanno giustizia uditi sordi)

della morte si vantano i sicari
del serramanico, del zig zag dell’acciaio.
Loro si mettono medaglie tra loro
si spalleggiano con rivendicazioni
che danno schifo.

(lì fa giustizia la memoria)

io preferisco tentare mestieri con la vita,
colorare d’utopia la canzone imperfetta.
Mancare di rispetto alle sue Signorie
con l’amore esplodendo loro in faccia.

(lì fa giustizia la poesia)



Justicia

De la muerte se embanderan los verdugos.
Los fúnebres bronces que abundan, graves,
en plazas y museos y cuarteles.

(Allí hacen justicia las palomas)

Para la muerte hay oradores brillantes,
esbirros que se derraman en semen negro
con sólo nombrarla.

(Allí hacen justicia oídos sordos)

De la muerte se vanaglorian los sicarios de la daga,
del zigzag de acero.
Ellos se cuelgan medallas entre ellos se palmean
con reinvindicaciones que dan asco.

(Allí hace justicia la memoria)

Yo prefiero intentar oficios con la vida,
teñir de utopía la canción imperfecta.
Faltar el respeto a sus señorías con el amor
reventándoles en la cara.

(Allí hace justicia la poesía)


E’ una bella silloge ed per fortuna, c’è il testo originale a fronte, che consente di apprezzare la cadenza, il ritmo, la forza di versi che consiglio senz’altro di leggere, indipendentemente dal proprio credo politico.

-commento: Renzo Montagnoli, per la rivista Arteinsieme- 2008